LIBROS: Ayer que amé tus rodillas…

Microrrelatos. Antonio Misas

Bienvenido a La Prisa y La Palabra.

Ayer que amé tus rodillas… es el primer libro que se publica en papel del blog La Prisa y La Palabra.

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Ayer que amé tus rodillas… es el primer libro que se publica en papel del blog La Prisa y La Palabra.

Me hubiera gustado poner algo como estas cosas que decía Bukowski:

Ayer que amé tus rodillas

 

Me hubiera gustado poner algo como estas cosas que decía Bukowski:

«No sé lo que le pasará a otra gente pero yo cuando me agacho a ponerme los zapatos por la mañana pienso: Ah Dios mío ¿y ahora qué?» «A veces miro mis manos y me doy cuenta que podría haber sido un gran pianista o algo así. Pero, ¿Qué han hecho mis manos? Rascarme las pelotas, firmar cheques, atar zapatos, tirar de la cadena de los inodoros, etc., etc. He desaprovechado mis manos. Y mi mente.» «Casi siempre lo mejor de la vida consiste en no hacer nada en absoluto, en pasar el tiempo reflexionando, rumiando todo ello. Quiero decir, pongamos que alguien comprende que todo es un absurdo, entonces no puede ser tan absurdo porque uno es consciente de que es un absurdo y la consciencia de ello es lo que le otorga sentido ¿Me entienden? Es un pesimismo optimista».

Ayer que amé tus rodillas…es una reunión de microrrelatos sobre historias humanas que en ocasiones parten de una escena realista y determinante en la vida de sus personajes.

Escenas vividas en momentos irrepetibles. Cuentos breves que fueron sacados de la vida de sus personajes donde se mezcla la narración realista y la lírica. Encuentros, reencuentros, pérdida, frustración y fracaso. Amor y desamor, amistad, compañerismo, soledad y desdicha, adversidad y desamparo.

Ayer que amé tus rodillas es el primero de una serie de libros de microrrelatos que pertenecen a La Prisa y La Palabra.

“La condición humana es un término que abarca la totalidad de la experiencia de los seres humanos y de vivir vidas humanas. Como entidades mortales, hay una serie de acontecimientos biológicamente determinados que son comunes a la mayoría de las vidas humanas, y la manera en que reaccionan los seres humanos o hacen frente a estos acontecimientos constituye la condición humana.”

¿Qué nos hechiza y nos alimenta el alma?
¿Saber que nuestro anhelo, nuestra ansia, nuestra obstinación por atajar al destino sigue viva, legítima, instalada en el libre albedrío?
¿O saber que nos levantaremos siempre, aunque el pensamiento esté baldío por la resaca insoportable, con la premura de que lo provechoso y lo aprovechable no siempre es lo mismo que lo conveniente?
¿O para promulgar la utopía misma de que no hay miedo, dificultad ni tropiezo?
He decidido detenerme otro instante, y enmudecer, y ya no pensar…
He de introducirme en el mundo apócrifo.

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